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Solito en casa.

  • Foto del escritor: Luis Hernández
    Luis Hernández
  • 10 ene 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 29 ene 2018

Las navidades. Cada uno siente de forma muy distinta pero también muy especial la llegada de ese mágico momento. Reuniones familiares con largos silencios, un belén con el niño Jesús de cerámica al que le faltan un brazo y un pie y la única postal, (de quien nunca falla en estas fechas), luciendo en la entrada del hogar: El Corte Inglés.


En televisión, un especial de Rafael cantando el ropompompom y una gala de "Murcia, que hermosa eres", (nada que ver con Almería, su "amiga simpática"). Esta historia sucede en Chicago. Pero podría suceder perfectamente en Milgüoki, (¿se escribe así no?), ya que si me pones delante un mapa mudo de los EEUU, a lo mejor te señalo Canadá, ( y si el mapa no es mudo, tenemos un problema).


La familia del niño protagonista quiere pasar las Navidades en París. Para ellos es especial ir a un lugar en el que al Olentzero le llaman Santa. McFlurry Culkin tiene solo ocho años, y escribo el numero con letras porque me parece mucho más culto. En estas fechas "tan señaladas", está deseoso de abrir a su hermano mayor en canal, y también los regalos navideños. Preparan el equipaje, y como en USA, (por lo menos en las pelis), a las cuatro de la mañana ya es de día, ( y tienen estomago, (y huevos), de desayunar panceta, tortilla de albóndigas y brownie de panceta de cerdo...), pronto parten hacia el aeropuerto.


Todos menos uno. Como los padres son alcohólicos y no saben contar ni con los dedos, se dejan a Mcallan Doce olvidado. Esta peli podría titularse perfectamente "Cómo perder la custodia de tu hijo en un sencillo paso"; pero como es una comedia no van por ahí los tiros. Mckintosh se despierta y se encuentra con que sus padres se han emancipado de él.

Siendo el hombre de la casa, aunque quería dejarse bigote, (como su madre), lo primero que hace es afeitarse, echarse alcohol de 98 grados en la cara y gritar mirando a cámara.

Mcchunda Chunda tiene un vecino que le da mucho miedo, de aspecto taciturno y desgarbado, pero también de muchos más adjetivos que os harían la lectura tediosa. Un hombre zaparrastroso y tan poco elegante como una corbata de pan, o como cortarse las uñas de los pies en la cocina. Se llamaba Michael Jackson, (el cantante no).


En la zona donde vive el chico hay dos ladrones que entran en las casas cuando los dueños no están. El niño, temiéndose lo peor, se hace una analítica y… también organiza una fiesta, (digna de la mansión Playboy o de Neverland), con marionetas y maniquíes para hacer creer a los malos que la casa está ocupada por muñecos de cera o por usuarios habituales del botox. Los ladrones no pican, (porque no son mosquitos ni arañas), y entran en la casa. McNugget, que es más listo que ellos, les llena de trampas el paso. Les pone una ratonera con queso, un cartel de "tonto el que lo lea" y un montón de putadas más. Caen en todas, y si Joe Pesci hubiera sido con este niño la mitad de cabrón de lo que fue en "Uno de los nuestros", la película no estaría catalogada TP.


Así que el actor secundario Bob y Joe Pesci acaban cogiendo al niño, pero Maikel Jaqson, a palazo limpio, le salva. Los malos van a dar con sus huesos, (y músculos), en la cárcel y son condenados a morir al alba. Cuando el guarda va a la celda a buscarles para su fin postrero uno de ellos le canta con una lagrimilla en los ojos: "No es que me emocione otro amanecer, es que es el primero que me vienes a ver, es que yo ya no quiero verlo sola otra vez...".Por otra parte, la madre del niño, a punto de acabar las vacaciones, (y después de comer las uvas con Paquirrin, (él comió doce sandias), y la Pantoja), se da cuenta de que le falta algo. La cámara de fotos. Y también su hijo pequeño. Vuelve a Chicago a buscarle, (John Candy le ayuda). Se reencuentran, se dan un abrazo; la madre, que ya ha pegado unos lingotazos y está allegre ma non trompa le dice abaibiaboebe, (quiere decir te quiero amor), y le promete que nunca más se olvidara de él. Mentira. Le pasará otras dos veces. Así que, con ese historial, Mcauly, queriendo abandonar su cruel vida, busca una colmena, le da un par de toques con la cabeza, (a lo Messi), las abejas le pican y muere de un shock profiláctico.


Suena de fondo la canción "My girl", creo que de The Platters (en castellano Platero y tú).


FIN

 
 
 

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4 comentarios


Xiberu 8
Xiberu 8
10 ene 2018

Muy bueno!😂😂😂😂

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iratxeromeo
10 ene 2018

Buenísimo😂😂😂😂😂

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luisestefano
10 ene 2018

Me he reído mucho. Y eso que lo he escrito yo.

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Jose Martin Serradilla Lazkano
Jose Martin Serradilla Lazkano
10 ene 2018

Muy bueno!!

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